En el recuento de los daños de 2019 puedo decir que a duras penas pude terminar el año sin tirar la toalla, fue extenuante, las últimas semanas ya no quería ver ni oler a nadie. Trataré de no abrumarme al intentar escribir estas líneas, que, aunque espero que sean breves, procuraré extenderme lo suficiente pues hay algunas reflexiones importantes para mí este año. Lo primero “buenos días”, debo agradecer enormemente a tres compañeros de viaje de este año, Marlizeth Martínez, Soe Rosete y Marcos Álvarez, 2019 se lo llevaron ustedes, son grandes. Agradezco también infinitamente a Jacinto Quesnel, quien sin su guía y amistad no sé qué sería de este esfuerzo de ser gestor cultural y lo que se ha logrado hasta hoy. La principal…