Por muchos años ha prevalecido la idea de que el videojugador es una persona solitaria o antisocial, una especie de ermitaño que prefiere charlar con los habitantes de un pueblo virtual que salir a hacer nuevos amigos o enamorarse. Lo cierto es que no todas las personas que disfrutan de este medio de entretenimiento rehuyen a la compañía y gracias a herramientas como el juego en línea, los jugadores crean lazos que algunas veces trascienden la distancia.
Vivimos tiempos en los que contactar desde México a una persona que se encuentra en el lejano Japón está al alcance de unos cuantos clicks. Lo mismo pasa con el multijugador: tan fácil que es conectarse a la red y patear algunos traseros internacionales; nada como el deleite que provoca escuchar mil maldiciones en alguna lengua ininteligible luego de acertar un tiro limpio en la cabeza.
Así las cosas, esos locales de maquinitas en donde se reunían personas de todas edades y atuendos para vivir el juego suenan a décadas lejanas. Imposible olvidar aquella tarde en que los dos “vagos” más hábiles con el stick se miraron altaneros, mientras Kyo e Iori prometían la mejor de las batallas con un intercambio verbal. ¿Ready? ¡Go! Y el instante en que el último impacto colmó de colores la pantalla mientras uno de los forajidos clamó su victoria ante una ovación de gritos y aplausos. Un duelo excepcional.
Pese a que las maquinitas parecen una especie en peligro de extinción, nacen lugares a donde puedes acudir para jugar en compañía de tus amigos, tu pareja o, ¿por qué no? conocer de frente a un hermano de armas, o al rival de tu calibre. Hadouken Gaming Club es uno de esos sitios para disfrutar de tu título favorito en compañía de tus personas favoritas.
Con una gama de juegos que se expande para satisfacer los gustos de todos, en Hadouken puedes además disfrutar de bocadillos y bebidas, pues una recarga de carbohidratos le va bien a toda sesión de juego. Los sillones son cómodos y no tienes que preocuparte por recoger los juegos, los controles y esas secuelas que sobrevienen a las sesiones más placenteras de matar zombies, ser rockstar o quemar el asfalto.
Alma, Luis y Julio te explicarán más sobre este concepto que late en el corazón de Santa María La Ribera, una de las colonias más emblemáticas de la Ciudad de México. Mira el video de nuestra visita a Hadouken aquí.
Con el tiempo todo cambia. Los juegos y tú también. Pero los cambios no le vienen mal a nadie, y lo que hoy es tu pasión mañana puede ser un sentimiento compartido, una grata experiencia con las personas con las que transitas por los niveles de la vida. Esa inclinación al juego en compañía se adapta a las circunstancias y surgen propuestas novedosas.